Terapia de ondas de choque para la rodilla de saltador (tendinopatía/tendinitis rotuliana)

¿Qué es la tendinopatía rotuliana?

La tendinopatía rotuliana es una lesión común por sobrecarga que suele afectar a personas activas que practican deportes que implican muchos saltos (por ejemplo, voleibol o baloncesto), lo que da lugar al apodo de «rodilla de saltador». Sin embargo, también puede afectar a los corredores y a los jugadores de deportes de campo que implican cambios rápidos de dirección, como el fútbol y el hockey.

El tendón rotuliano se encuentra en la parte delantera de la rodilla, justo debajo de la rótula. Se extiende desde el borde inferior de la rótula (tapa de la rodilla) y se conecta al hueso de la espinilla en un punto de referencia óseo llamado tuberosidad tibial. La patología y los síntomas suelen producirse en su origen en la rótula, pero puede experimentarse en la parte inferior de la tibia.

Causas de la tendinopatía rotuliana

Hay muchos otros factores que pueden contribuir a desarrollar una tendinopatía rotuliana, algunos que no pueden cambiarse, como la genética y la anatomía, y otros que son más modificables, como la carga de entrenamiento, la fuerza muscular y la flexibilidad.

Algunos de los factores de riesgo más comúnmente identificados son los siguientes. Para algunas personas puede haber solo un factor en juego -un aumento rápido de la carga de entrenamiento, por ejemplo-, mientras que para otras puede haber múltiples factores de riesgo:

  • Un elevado número de sesiones de entrenamiento semanales y/o un rápido aumento del volumen o la intensidad del entrenamiento.
  • Reducción de la flexibilidad y/o la fuerza de los cuádriceps e isquiotibiales.
  • Especialización deportiva: en un estudio, los atletas que practican un solo deporte tienen un riesgo cuatro veces mayor de desarrollar una tendinopatía rotuliana en comparación con los atletas que practican varios deportes.
  • Rótula alta: es cuando la rótula se asienta más alta de lo normal en la rodilla. Esto no se puede modificar.
  • Patrones de movimiento, como la rigidez de las piernas al aterrizar. Estos pueden modificarse mediante fisioterapia.
  • Alteración de la mecánica del pie y del tobillo.

¿Cómo tratamos la tendinopatía rotuliana?

La mayoría de los problemas del tendón se resuelven con un programa de fisioterapia adaptado, pero puede llevar de 6 a 12 semanas, especialmente si los síntomas han estado presentes durante más de 3 meses.

El pilar de la rehabilitación es la gestión de la «carga» que soporta el tendón. La «carga» se refiere a la fuerza que se ejerce sobre el tendón. Los tendones no suelen responder bien al reposo completo, por lo que a menudo se trata de ajustar el programa de entrenamiento mientras se mejora la capacidad del tendón rotuliano. Esto se hace con un programa de carga estructurado que implica un trabajo de resistencia pesado y lento que se va progresando con el tiempo. El programa se centrará especialmente en la fuerza de los cuádriceps (el músculo de la parte delantera de la rodilla), pero también en la fuerza de los glúteos y las pantorrillas.

Junto con el programa de carga, se pueden abordar otros problemas que se han identificado como factores potenciales para que desarrolle una tendinopatía rotuliana, como la reducción de la flexibilidad.

Si no mejora con este enfoque, el siguiente paso puede ser un tratamiento con ondas de choque.

¿Son eficaces las ondas de choque?

Sí, la terapia con ondas de choque es una modalidad de tratamiento eficaz para la tendinopatía rotuliana. Una revisión de la literatura muestra que las ondas de choque son un tratamiento seguro y eficaz para la tendinopatía rotuliana, particularmente en aquellos para los que otros tratamientos no operativos han fracasado, así como en aquellos que buscan evitar una intervención invasiva, es decir, la cirugía.

Un estudio de 66 pacientes encontró una mejora significativa en los niveles de dolor reportados por los pacientes que recibieron ondas de choque. Esto supuso una reducción aproximada de casi el 50% después de 1 mes y a los 3 meses los niveles de dolor se habían reducido al 25% de sus niveles anteriores. Se encontraron resultados similares en términos de función y para la marca de seguimiento de 12 meses casi el 80% de los pacientes en el grupo de ondas de choque estaban contentos con su resultado en comparación con menos del 40% en el grupo de control. Todas las medidas de dolor, función y satisfacción con el tratamiento mejoraron significativamente en las etapas de 1, 3 y 12 meses.

En un estudio de 30 rodillas con tendinopatía rotuliana, compararon las ondas de choque con los cuidados conservadores habituales, que incluían medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, programa de ejercicios, fisioterapia y el uso de una correa para la rodilla. En el seguimiento, el 90% del grupo de ondas de choque tuvo un resultado funcional satisfactorio en comparación con sólo el 50% del grupo de cuidados conservadores. Además de esta mayor mejora de la función, sólo el 13% del grupo de ondas de choque sufrió una reaparición de sus síntomas, en comparación con el 50% del grupo de tratamiento habitual.

Además de tener un rendimiento admirable en comparación con los cuidados habituales, el tratamiento con ondas de choque también tiene un buen rendimiento en comparación con la cirugía. Descubrieron resultados funcionales comparables para el tratamiento con ondas de choque y la cirugía. Al ser las ondas de choque un tratamiento no invasivo, se evitan los riesgos de someterse a un procedimiento quirúrgico y se ha demostrado sistemáticamente que son increíblemente seguras.

La evidencia apoya nuestra experiencia clínica en la clínica de fisioterapia Fisiococoon de que las ondas de choque combinadas con un programa de rehabilitación estructurado es el mejor enfoque para tratar la tendinopatía rotuliana.

Un especialista en ondas de choque aplicando la terapia de ondas de choque a un paciente con dolor de rodilla